El presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, y el escritor Mario Vargas Llosa.
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La República

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"Sería una gran traición si Kuczynski suelta a Fujimori": Vargas Llosa

Fujimori padece males crónicos como una hernia, arritmia, hipertensión, gastritis y unas lesiones en la lengua.

El escritor hispano-peruano Mario Vargas Llosa advirtió una "gran injusticia" y "gran traición" del presidente de Perú, Pedro Pablo Kuczynski, si decide indultar al encarcelado expresidente Alberto Fujimori, que cumple una condena de 25 años de prisión por violaciones a los derechos humanos.

Vargas Llosa, quien en 1990 perdió las elecciones presidenciales frente a Fujimori, consideró en una entrevista publicada hoy en la revista Somos que el exmandatario, de 79 años, "debe cumplir su sentencia hasta el final", lo que implica que permanezca preso 15 años más.

"Creo que no solo sería una gran injusticia que Kuczynski lo soltara, sino que sería una gran traición a esos miles de electores que votamos por él, a quienes hicimos campaña a favor de él, de quien esperábamos una gestión estrictamente democrática", comentó Vargas Llosa.

"Si suelta a Fujimori, estaría negándose a sí mismo, negando todo lo que él ha representado para los peruanos que lo llevamos al poder", agregó.

El premio Nobel de Literatura de 2010 indicó que no cree que Kuczynski "ensucie su gestión dando libertad a un asesino, un ladrón, que por primera vez en la historia del Perú fue, como dictador, juzgado por un tribunal independiente y de la manera más absolutamente impecable".

Kuczynski ganó las elecciones presidenciales de 2016 a Keiko Fujimori, hija de Alberto Fujimori, por apenas 40.000 votos, y en su momento expresó su oposición a indultar al expresidente, aunque recalcó su disposición a aprobar una ley que le permitiera cumplir su pena bajo arresto domiciliario.

Sin embargo, el debate sobre el indulto se acrecentó en los últimos días tras el cambio de Gobierno de la pasada semana, forzado por la censura del Congreso, que domina el fujimorismo con mayoría absoluta, al primer ministro Fernando Zavala, y después de que el partido fujimorista rechazara la iniciativa legislativa del arresto domiciliario.

En el nuevo gabinete, el jurista Enrique Mendoza reemplazó al frente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos a María Soledad Pérez Tello, quien se había mostrado abiertamente en contra del indulto por considerar que el expresidente no reúne las condiciones.

Al haber sido condenado a 25 años de prisión por delitos de lesa humanidad, Fujimori solo puede recibir un indulto humanitario, gracia que otorga de manera extraordinaria el presidente si se demuestra que el preso tiene una enfermedad terminal o alguna dolencia grave que se agudice con las condiciones carcelarias.

El exmandatario está recluido en una prisión construida expresamente para albergarlo, en la base de la Dirección de Operaciones Especiales de la Policía Nacional del Perú, y cuenta con asistencia médica permanente.

En ese establecimiento cumple desde 2007 la condena de 25 años de prisión por las matanzas de Barrios Altos (1991) y La Cantuta (1992), donde murieron 25 personas a manos del grupo militar encubierto Colina, y por los secuestros del empresario Samuel Dyer y del periodista Gustavo Gorriti, después del "autogolpe" de Estado que dio el 5 de abril de 1992.

Sin embargo, Fujimori es trasladado periódicamente a clínicas de Lima para ser tratado de males crónicos que padece como una hernia, arritmia, hipertensión, gastritis y unas lesiones en la lengua, conocidas como leucoplasia, de las que fue operado hasta en seis ocasiones.

Esas complicaciones médicas llevaron a sus hijos a solicitar el indulto humanitario en 2013, que fue rechazado por el entonces presidente Ollanta Humala, mientras que el mismo Fujimori pidió un segundo indulto al final del mandato de Humala, del que desistió cuando vio que Kuczynski no tenía intención de otorgárselo. 

EFE
 

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